martes, 14 de octubre de 2014

Posted by Jeibros |
El pasado fin de semana se corrió por primera vez en el circuito de Sochi y cada vez defraudan más estos nuevos trazados. Son muy anchos, las escapatorias no hacen perder casi tiempo a los pilotos y se perdonan muchos errores de conducción, y al final todo termina convirtiendo a Sochi en la carrera más aburrida de esta desastrosa temporada 2014.

La parte más bochornosa para este deporte ocurrió antes de comenzar la carrera: a pesar de que la Fórmula 1 no es muy partidaria de realizar homenajes, en esta ocasión el accidente de Jules Bianchi lo merecía. Los pilotos se pusieron en la parte delantera de la pista formando una fila e iban a hacerle un minuto de silencio. Sin embargo, en ese momento comenzó a sonar el himno ruso y las cámaras enfocaban a Bernie Ecclestone y Jean Todt saludando a los mandatarios rusos. Si todo hubiese quedado aquí, el único homenaje real a Bianchi hubiera sido un mensaje sobreimpresionado en la pista y los motivos que llevaban los pilotos en sus cascos. Pero los pilotos, desobedeciendo órdenes, formaron un corro improvisado en el que evocaron de verdad la figura de Jules, mientras colocaban sus cascos en el medio de ese círculo.



Y la carrera, después, tuvo muy poca miga. De hecho, que los neumáticos de Nico Rosberg durasen 51 vueltas me parece un insulto para el espectador. Cada vez cuesta más ver sentado en el sofá una carrera de cerca de dos horas sin estar tentado de cambiar de canal, y no digamos tener ganas de abonar la importante cantidad de dinero que hace falta para acudir como público a una carrera (entrada, viaje, hotel y merchandising).

La historia de Rusia sí que ha estado salpicada de buenas historias de automovilismo, principalmente entre las décadas de los 30 y los 70. De manera mucho más tangencial, tenemos que dar las gracias a los rusos por el sistema puesto de moda hace unos años del F-duct. Este dispositivo fue desarrollado en la Guerra Fría allá por los 50, ya que los americanos tenían miedo de que los rusos crearan distorsiones (jamming) sobre la electrónica de sus aviones, y por eso los americanos desarrollaron “un transistor que funcionaba con aire”. Pero no, lejos quedaron esas buenas historias.

Hoy se ha ido a correr a Rusia porque Bernie Ecclestone ha encontrado un país que es capaz de pagar un buen canon por la F1, y además abre el espectáculo a públicos nuevos. Putin, a su vez, emplea este escaparate como medio para demostrar al mundo lo bien que está Rusia.

Yendo por fin al tema candente de estas semanas, ¿qué va a ser de Alonso? Se cuenta que tiene tres opciones: ir al nuevo equipo McLaren Honda, ir a Mercedes o tomarse un año sabático. Sinceramente, las dos últimas a mí se me antojan las más difíciles. Aunque yo no descartaría que se quedase en Ferrari. Él no ha dicho que se va. ¿Sería posible echar a Kimmi para que Alonso y Vettel compitieran en el mismo equipo el próximo año? Kimmi, un piloto que va a pasar este año por la escudería sin pena ni gloria. Es posible que en todo esto tenga también algo que ver el Banco Santander. Pero lo que estoy seguro que no le ha gustado nada al piloto asturiano es que Vettel haya empezado tomando la iniciativa en este juego del ajedrez de fichajes.


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