martes, 2 de diciembre de 2014

Posted by Jeibros |
El Daily Mail publicaba la semana pasada que la mujer de Michael Schumacher gastaba 100.000 libras en servicios médicos esperando un milagro que salve a su marido. Lo que asombra es que gastaba esa cantidad por semana. Es el precio por intentar atarse a la vida.

Y esta semana el escándalo lo han protagonizado las escuderías Caterham y Marussia, que no han podido participar en el GP de Austin celebrado el pasado domingo. Según cuentan diversas fuentes, Caterham debe unos 25 millones de dólares; y Marussia un poco más. Probablemente, mucho más revuelo habría habido si se tratara de un equipo de fútbol que no puede participar en la Liga española, como era el caso del Eibar este mismo año, o el del Oviedo el año pasado, que provocó una gran respuesta ciudadana para salvarse económicamente. A pesar de que no se puede ayudar a estos equipos con donativos de gente corriente por la magnitud de las cifras, es síntoma de que este deporte está muy enfermo. No me creo excusas y frases de Bernie Ecclestone como “el dinero de la F1 está mal distribuido”, porque a mi entender el principal responsable es él. Si no le gustan estas situaciones, basta con cambiar la normativa: poner un techo de gasto bien controlado, no tener normativas de motores tan cambiantes, asegurar un reparto más equitativo de ingresos, etc. No, a Bernie le interesa la F1 tal y como está y cuidará de los grandes equipos solo, de manera que la F1 no sea una categoría para todos. Vamos, como si ahora todo el mundo pudiera llevar un reloj Patek-Philippe, ¡solo faltaba!

La Fórmula 1 hay que verla como un negocio y los dueños de los equipos invertirán donde más les convenga. Lo más antiguo es que hubiera equipos de carreras, como Williams y Sauber. Pero luego se sumaron motoristas, como Ferrari, Mercedes, Renault. Y la tendencia parece que será la de entramados de empresas: Red Bull, Force India, Marussia… y esos socios capitalistas invertirán donde obtengan más rentabilidad.

Cambiando de tema, en Austin Hamilton volvió a dar otra lección de pilotaje a Nico Rosberg. Le hizo una pasada en frenada que pone en evidencia al piloto alemán. Sin embargo, lo más probable parece que Rosberg gane, precisamente por ser alemán. Ese es el precio del campeonato. Escudería alemana, coche alemán. Probablemente lleguen los dos a la última carrera en Abu Dabi en condiciones de victoria, pero recordemos que esa carrera puntúa doble. Y en sangre fría, Rosberg puede que tenga ventaja.

Sobre Alonso, también hay un precio. Posiblemente el que esté intentando que Ferrari le pague por marcharse. “Oiga, pero si se va, no debería cobrar finiquito”. Ya, pero si los italianos le prometieron a Alonso un coche ganador y no se lo dan, son ellos los que han incumplido su parte. Ayer volvieron a dar un mal espectáculo en pista, sobre todo a cuenta de Kimmi Raikkönen. Pase lo que pase con el asturiano, yo no volvería a renovar al finlandés.




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